Tuesday, November 20, 2007

PACEÑOS NO TENGAN MIEDO!!!!!

Escribe: Dante N. Pino Archondo

Durante todo este tiempo dedicado al debate sobre la capitalidad, la dirigencia paceña, esa a la que nadie eligió, se ha dedicado a proyectar una imagen paceña de soberbia, de petulancia y de ignorancia que ha terminado colocándonos en el bando de los “malos”.
Los resultados de esta política manejada desde la Alcaldía Paceña y secundada por la Prefectura son exactamente lo contrario a lo que se quería obtener: ocho contra uno.
En el interior de la república se siente a La Paz, como el centro desde el cual se posterga el desarrollo legítimo que desean. Nos ven como un eje desde el cual se decide por todos. Y no puede ser para menos si tenemos en cuenta a “dirigentes” como Roberto de la Cruz, que habla sandeces, actúa haciendo asnadas y proclamando constantemente las amenazas de una movilización hacia tal o cual lugar, por tal o cual motivo, como si fuera capataz de esclavos a los que debe darles con el látigo si no obedecen.
Por supuesto que aquellos estrategas de la defensa paceña: Juan del Granado y Álvaro García no se quedan atrás, a la hora de emitir declaraciones altisonantes y amenazadoras. El cabildo denominado de los “dos millones” financiado por el gobierno y la Alcaldía, fue una convocatoria que tuvo como respuesta la Unidad Nacional, lo demás fue agregado con insolencia: La Sede no se mueve.
No hay peor error que el de persistir para recorrer el mismo camino que nos lleva al punto del que partimos. Los paceños no debemos temer al debate, menos al de las ideas. Y eso de que la Sede no se mueve, suena a capricho y temor de perder lo que algunos consideran que resume el ser paceño.
Si La Paz es sólo la sede, entonces sólo somos un tropel de burócratas. No tenemos mayor futuro que la burocracia desde la cual nos damos aires de dirigentes que deciden para toda Bolivia. Los “hermanos mayores” nos han dicho que somos. Y este cuento de mayoridad nos ha dado una aureola de santos intocables. La realidad es muy diferente. Hace mucho tiempo que Santa Cruz ha tomado la posta del desarrollo nacional sustentable y La Paz se ha quedado con sus edificios calculados por no sé que contadores dizque en 10.000 millones de dólares. Más que el PIB.
Mentira tras mentira se ha hilvanado un tejido que no resiste el menor esfuerzo. Y los paceños nos hemos aferrado a esas mentiras y hemos hecho de ellas nuestra realidad. Es hora de despertar y de mirarnos al espejo como somos. Cholos fruto del mestizaje que nos ha dado el choque histórico de dos culturas. Y no debemos mentirnos. No hay que temer debatir la capitalidad.
Si tenemos la razón, si podemos explicar con ideas y con historia el porqué le conviene a Bolivia que los poderes del Estado estén en La Paz, ¿Cuál es el miedo al debate?
Si miramos hacía adelante y no vivimos de la historia, acaso la capitalidad no encubre el cansancio de Chuquisaca por salir del olvido y tener un futuro, un porqué, una razón para seguir existiendo. Y no deberíamos debatir entre todos los bolivianos ese cansancio histórico de los Departamentos que no forman parte del “eje central” ¿No son las autonomías la respuesta al futuro?
La Paz debería luchar por la autonomía, porqué la Sede No Basta. Somos un Departamento rico en recursos naturales y mano de obra. ¿Porqué hacer de la Sede la razón de existir? Si la Sede fuera la solución al atraso entonces los paceños deberíamos ser el Departamento con mayor desarrollo humano y no lo somos.
Es una verdadera pena que la dirigencia paceña crea que en el resto del país no se “piensa”, que basta con advertirles que la Sede no de mueve, para que todos se den por satisfechos. Y que el debate de la capitalidad es cuestión de “grupos” minimizando la existencia de los “otros”. Semejante petulancia e insolencia solo puede caber en la mentalidad de los Zapata, de los Granado y Revilla, secundados por los de la Cruz, o Patanas, que son la fiel expresión del regionalismo malsano.
Es hora de encontrar nuestro verdadero camino y de convertir a esos miles de alteños artesanos y fabriles en hacedores de progreso, de potenciar a esos agricultores del norte con recursos para exportar alimentos, de desarrollar el turismo andino tan solicitado en el exterior, de mirarnos como un Departamento que no necesita de la burocracia, que cree en sí misma y que puede darle a Bolivia mucho más de lo que le ha dado hasta ahora.
Todo esto sin rehuir el debate que piden todos. Sin temores porque yo sí tengo la seguridad de que el resto del país, sabrá entender la conveniencia de sostener los poderes del Estado en La Paz, al menos hasta que todos hayan alcanzado un nivel de progreso económico y social que nos haga pensar de distinta forma.
Porque tan equivocados están los que piensan que manteniendo la Sede se hace progreso, como aquellos que teniendo la Sede tendrán progreso. Eso es mirar las cosas con una simpleza propia de la ignorancia. La Sede no es nada sino tiene una base real de desarrollo económico. Puede estar en Sucre o en cualquier otro Departamento. Si la economía nacional sigue como ahora, atrasada y dependiente, la Sede seguirá sirviendo para las marchas, pero no para gobernar, menos para administrar con probidad.
Así que por ahora que cargue La Paz con la cruz y que el proceso autonómico cambie la vida de esta Bolivia que se merece un futuro mejor. Respetando a los ocho, que tienen todo el derecho a pedir que se debata en democracia lo que la democracia exige.

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