Monday, December 31, 2007

EVO Y ÁLVARO, ROBESPIERRE Y EL CONDE DE MIRABEAU

Por: Jorge LAndivar Roca.

‘Lo comparan con Stalin’, dijo a Álvaro García Linera una periodista de la revista argentina ‘La Fogata’. Éste respondió: ‘Yo me veo como uno de los últimos ‘Jacobinos’ de la Revolución Francesa y veo a Evo como Robespierre’. Seguramente el vicepresidente boliviano intenta identificarse con Honoré Gabriel Riqueti más conocido como el Conde de Mirabeau. Basados en este criterio, analicemos la trascendencia política que implica la respuesta.
Los ‘Jacobinos’, era una organización radical fundada como una Sociedad de Amigos de la Constituyente que condujo la vida política de Francia durante la Revolución Francesa. Sus miembros eran diputados de la Asamblea Constituyente. Su apelativo deriva del lugar donde regularmente se reunían, un antiguo monasterio de los monjes jacobinos (dominicos).
Mirabeau y Robespierre, líderes revolucionarios, no tardaron en hacerse miembros de esta asociación cuya influencia tenía alcance nacional. Su enorme poder político provenía de la estructura creada por numerosos grupos afiliados y de la habilidad de sus dirigentes para manipular a la opinión pública. El apogeo de su poder coincidió con la formación de la Asamblea de Representantes que no desarrollaba ninguna acción que no hubiera sido previamente aprobada por esta organización. Los Jacobinos exigieron la ejecución del Rey, eliminaron a los ‘Girondinos’, un sector moderado, y enviaron a la guillotina a miles de sus adversarios.
Maximilien de Robespierre, a quien se semeja el presidente Morales, según García Linera, fue uno de los líderes más importante de la Revolución Francesa, gobernó de facto durante el periodo en que los revolucionarios consolidaron su poder. Durante este tiempo, los sectores extremistas tomaron el control del grupo y haciendo uso de su autoridad impusieron en el país una etapa denominada como ‘El Terror’, al reprimir toda oposición con una violencia implacable. Robespierre fue posteriormente guillotinado y con su caída los Jacobinos perdieron su poder y la Convención los declaró ilegales.
Por su parte, El Conde de Mirabeau, fue un revolucionario que pese a su origen aristocrático llegó a la presidencia de la Asamblea Nacional y a jefe de los Jacobinos. Murió a poco tiempo de ser elegido. Gozó de prestigio intelectual con la publicación de varias obras entre ellas Essai sur le despotisme (Ensayo sobre el despotismo). Intentó concertar la reconciliación entre la corte reaccionaria de Luis XVI con las fuerzas de la Revolución, cuyo radicalismo iba en aumento. Propició la creación de una milicia de ciudadanos de la cual surgió luego la Guardia Nacional. Se destacó por su cinismo, por su amoralidad como ejercicio vital por excelencia y por su ardiente oratoria.
Intelectual y locuaz como Mirabeua, al vicepresidente García Linera se lo describe como el acompañante más influyente y radical del entorno de Evo Morales; es el dirigente que marca la línea dura, concibe y controla el contenido marxista-indigenista de la acción gubernamental, encaminado siempre a instrumentar un Estado totalitario. Una actividad que despliega con sigilo, simulando una imagen de gran concertador, implacable sin embargo, a tiempo de imponer su criterio.
Lo que al parecer el vicepresidente olvida, es como se fueron devorando entre sí los dirigentes de aquella revolución. Porque de haber reflexionado sobre aquellas suertes jugadas con la guillotina, a modo de permanente advertencia, seguramente habría concluido que en política las gambetas arteras y extremistas suelen terminar engullendo a sus propios protagonistas.

Wednesday, December 26, 2007

EL CEJIS EN SU MARAÑA POLÍTICA

Jorge Landivar Roca

Leonardo Tamburini, un ciudadano extranjero (argentino), quien junto a Álvaro García Linera, Waldo Albarracín, Alejandro Almaraz, Alfredo Rada, José Ros, Carlos Romero, Susana Rivero, Mauricio Bacarditt y otros, ha sido uno de los principales impulsores de la ONG ‘CEJIS-BOLIVIA’, ha señalado que ‘la oposición política boliviana tiene su base más representativa en el movimiento cívico cruceño’; y que además, ‘éstos erraron con la designación de oscuras figuras para afrontar este periodo. Con Marincovich y otros tenebrosos personajes perdieron imagen y proyección nacional’. Tamburini, respondiendo a un esquema gubernamental, finge ignorar la Ley del Referéndum y sostiene la improcedencia del Estatuto Autonómico vía referéndum departamental.
Resulta inadmisible que un extranjero deba referirse al presidente del Comité Pro Santa Cruz, como ‘oscuro personaje’, más aún, cuando quien lo califica vive en el ‘paraíso fiscal’ que Bolivia otorga a las ONG’s, al carecer éstas del debido control que garantice de manera cierta el destino de los recursos que reciben, que por lo general benefician a reducidos grupos que burocráticamente viven de ellas y que, en muchos casos, como el del CEJIS, han prostituido su concepto vocacional ante la evidente participación en activismo político, destinando recursos para apoyar determinada candidatura política y exigir luego cuotas de poder en el gobierno. De allí que lo obscuro y tenebroso es el velado propósito que subyace escondido en el accionar de esta ONG, que no es advertido por las personas que acuden a sus servicios y que luego son víctimas dependientes de la tendencia política que ella propicia.
El Sr. Tamburini, muy bien conoce y trata de encubrir a los verdaderos ideólogos del proyecto de Constitución ilegalmente aprobado en un recinto cuartelario, sin la participación de la oposición y en medio de disturbios que dejaron tres muertos y 300 heridos. Un grosero intento de acomodar todo el andamiaje jurídico y político a las ambiciones totalitarias del presidente Morales y su entorno ‘cejista’. Son ellos los que se han dado a la tarea de resucitar viejas y enconadas tesis indigenistas, y de fabricar a partir de un mestizo un ‘presidente indígena’, que se exhiba como víctima patológica y reclame lastimeramente una indemnización ante el mundo occidental, especialmente el europeo. Son los misioneros seculares del mundo moderno. Son los que de manera insidiosa han apostado a la confrontación regional, atizando la guerra civil y el racismo. Son ellos los que han malversado recursos de la comunidad internacional para llegar al gobierno. Los que han jugado a la política con dineros disponibles para la solidaridad haciéndolos cumplir el mismo rol que el capital especulativo que sale y entra en los países pobres.

Además, se han dedicado a endilgar al oriente boliviano una ‘deuda histórica’ a los indígenas altiplánicos, que tal cual señala Ismael Muñoz García: ‘no es un asunto en el que pandinos, tarijeños, cruceños y benianos tuviesen algo que ver y si alguien debería pagarlas son precisamente los terratenientes del altiplano y los valles’. De modo que aquello que proclama el ‘cejista’ y vicepresidente Álvaro García Linera, que para recompensar este adeudo se debe dar origen a una nueva burguesía indígena y campesina con las tierras del oriente y los recursos del gas, no es más que un burdo pretexto para la repartija política de estos bienes.

La verdadera salida para la democracia boliviana consiste en evitar la injerencia de extranjeros en asuntos internos, en especial la de Hugo Chávez y de aquellas ONG’s que como el CEJIS, so pretexto de la ayuda internacional, han incursionado solapadamente en activismo político, irrespetando el concepto de soberanía nacional. De allí se explica un texto constitucional excluyente, indigenista y retrógrado, que definitivamente nada tiene que ver con la visión de país de por lo menos dos tercios de ciudadanos que habitan este país. Una Carta Magna diseñada en aires caribeños, con condimento ‘cejista’, cuyo contenido es racionalmente inaplicable.